Nacer

Por Renato Andrade
Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la Nueva Escuela Lacaniana sede Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa

Sobre la obra de teatro “Nacer”, inspirada en “Pulmones”, de Duncan Macmillan. Presentada en Arequipa en enero de 2022. Protagonizada brillantemente por Aria Ravines y Joaquín Ogusco. Dirigida por Renzo Quintanilla.



Fotografía y arte: Althair Valladolid


Dos actores. Dos posiciones. La de él, la de ella. A pesar de estar enamorados, de vivir juntos, no pueden ser más diferentes. 

La obra inicia cuando ella debe responder a la pregunta de si quiere ser mamá o no. La vive como una exigencia: la exigencia para una mujer de convertirse en madre, la exigencia de tener que brindar una respuesta, la exigencia de proceder siempre con coherencia. ¡Pobre mujer! Su intensidad, su posición a la defensiva, encubren su propia división: no sabe.

Está llena, rebosante de sentido: la atraviesan los discursos de nuestra época –el ecológico, el feminista, el educativo, etc. Y su tragedia es que, a pesar de estar tan bien informada, de leer tanto, no por ello está mejor orientada. Y es que, para alcanzar una respuesta que cierre, se trata de otro saber.

Él también es un muchacho contemporáneo. No encarna al amo, al macho; le habla con respeto, trata de escucharla, de complacerla. Y no por eso las cosas marchan mejor. 

¿Qué necesita ella?, ¿qué requiere? Si ella no lo sabe, él aun menos. ¡Sería maravilloso nacer sabiendo qué quiere el otro, cómo llegar a él!, o, por lo menos, que alguien nos lo enseñe. Ella siempre habla con su mamá, él mantiene comunicación con sus padres, pero están solos –así nos los muestra la obra en sus 90 minutos. “Solos” quiere decir sin un discurso que los tome como sujetos. Lo que ocurre, es que solamente se puede cambiar de discurso a través del amor, como nos recuerda Lacan (1). 

Frente al impasse, cada uno responde como puede. Ella se pone verborreica, o se sumerge en el silencio. Él sale, fuma, se ocupa.

¿Qué los separa? ¿Que vayan a convertirse en padres? ¿Que no puedan serlo? ¿La infidelidad? Y después, ¿qué los une? ¿La pérdida? ¿El tiempo? ¿Un embarazo?

Las relaciones no están escritas en piedra. Tampoco tienen fórmulas, recetas, no importa cuánto nos engañemos. Del mismo modo, no podemos anticipar el amor. El amor es un acontecimiento que dejará leer su acto.

¿Qué necesita ella?, ¿qué requiere? Al final, la obra nos lo muestra: que él le hable. Pero no para decirle qué hacer. Que le hable de sí mismo, desde su propia división subjetiva, cosa para nada sencilla. 

El amor es el encuentro de dos faltas (2).


Referencias:

1. “El amor es signo (…) de que se cambia de razón (…) es decir, de discurso”. Lacan, J. (2014). El Seminario Libro 20 Aún. p. 25. Buenos Aires: Paidós, 1972-73.
2. Indart, J-C. (2021). Significación vacía en la interpretación y la transferencia. Inédito.


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