Manco Cápac

Por Renato Andrade
Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, de la Nueva Escuela Lacaniana sede Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa.



A veces una película puede tener estatuto de interpretación.

Hablar de “interpretación” en psicoanálisis son palabras mayores. Una interpretación no es traducir ni otorgar significado a lo que no lo tiene. Una interpretación lleva la semilla de la transformación. No puede anticiparse. Sólo puede situarse a posteriori, por sus efectos. Estos efectos son de lo más variados. Por ejemplo –y para usar una metáfora– uno puede comenzar a ver lo que no había visto; o lo que habitualmente ve desde otra perspectiva. Eso, a su vez, tiene sus consecuencias; no se puede seguir como antes o hacer las mismas cosas impunemente. En un tratamiento psicoanalítico no hay tantas interpretaciones como se cree.

Henry Vallejo, director de “Manco Cápac”, nos hace ver eso de las ciudades que, de tanto verlo, se nos ha vuelto invisible. Nos retrata la vida en ciudad. Están las ciudades de postal, con sus cafés, sus tiendas, sus monumentos, su microcentro… y está la vida de ciudad, que dista mucho de aquellas. Sí, más allá de sus particularidades, nos presenta elementos que no son exclusivos de Puno, sino de la vida en cualquier ciudad de nuestra época. Vallejo, al ritmo de un bus, nos hace dormir en esa primera escena de reflejos, de ventanas, de quién mira y quién es mirado –es decir, de espejos–, para después, de la mano de un personaje, un hombre inofensivo, desafectado, vacío, corrernos el velo. Cuando nos damos cuenta, ya es muy tarde. Estamos allí sentados, clavados en la butaca. Es el poder del cine: no se puede cambiar de canal ni de video. En todo caso, habría que haber salido corriendo, horrorizado por lo que está detrás de los oropeles del progreso. El final de la película, abrupto como un corte, no deja reabsorberla en ficción ideológica.

Por ello esta película puede aspirar a devenir interpretación para algún espectador. ¿Con qué efectos? ¿Perdurarán?

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