¿Cómo me enamoro?

Por Renato Andrade
Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la Nueva Escuela Lacaniana sede Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa


Fotografía por Markus Spiske


Ustedes se enamoran para ser. Por ejemplo, se enamoran de esa persona cool, para ser cool. Son felices… son. Mientras dure.

Pero ustedes no tienen idea de cómo se enamoran, tan sólo sienten que cuando caminan lo hacen a siete metros sobre el piso. Estar enamorado lo eleva a uno, es innegable.

Cuando todo se termina, o está a punto de terminarse, ese saber imposible de cómo me enamoro deviene prohibido, maldito, censurado –mejor no pensar en eso, se dicen. Sin embargo, a pesar de ello, ese saber de cómo se enamoran aparece en lo que dicen, entre palabras, entre líneas.

Si van al psicoanálisis, aquello que dicen así podría formalizarse, podría reducirse a una fórmula casi matemática: x→y. Y Lacan se pregunta: ¿«a qué genero de real nos da acceso»? (1). Yo me lo pregunto así: ¿de qué sirve?

Noten que es un esfuerzo de demostración de cómo se fracasó, de cómo se fracasa. Eso, en el psicoanálisis, nos va a conducir al uso, a la invención, a un saber-hacer.

Si toman otro camino, no el de la formalización, no el de la demostración del fracaso, se dirigen al de la verdad, al de tratar de alcanzar algo verdadero. Hay que reconocer que es lo más accesible, lo que nos queda más a mano: hablar, denunciar mi verdad, que quede dicho. Por ahí no llegaremos al uso ni al saber-hacer. También hay que reconocer que todo psicoanálisis empieza por aquí, requiere de este camino… pero para pasar al otro, al que me referí primero.

Lo diría así: es a partir del fracaso que uno puede llegar a escribir ese saber absolutamente inconsciente que opera en uno, que lo empuja a repetir, a fracasar. Cuando escriba ese saber, cuando lo formalice en letras, recién se le abrirá la posibilidad de inventar otro saber: saber-hacer


Referencias:

1. Lacan, J. (2014). El Seminario Libro 20 Aún. p. 145. Buenos Aires: Paidós, 1972-73

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Barbie-Lacan

Sobre Oppenheimer

El dinero no es cualquier objeto