De la guerra al litoral

Por Renato Andrade
Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la Nueva Escuela Lacaniana sección Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa


Fotografía: Cold War, 2018, dir. Pawel Pawlikowski


Escuché a un hombre que hablaba de la experiencia de “haber llegado al fondo del fondo”. Ciertamente, él se refiere a haber encontrado un límite. Por mi parte, oigo con relativa frecuencia a las personas decir: “poner límites”, cuando creen que alguien los abusa, lo cual no tiene nada de singular, ya que, en un punto, todos creen lo mismo. Necesitaríamos los buenos oficios de un historiador, de un lector, para responder si los hombres y las mujeres creen eso desde siempre, o cuanto menos, a partir de cierta época. 

Hace unos días me topé con la historia del gran actor Philip Seymour Hoffman, quien murió de sobredosis en 2014. Dicen que a los 22 años ingresó a rehabilitación, se mantuvo sobrio por 24 años, y cuando volvió a consumir con 46 años, lo hizo con tal intensidad, que sólo tardó 7 meses en acabar muerto. Desde luego, no escuchó las recomendaciones de que debía internarse nuevamente.

Estamos de lleno en el problema de encontrar un límite para uno mismo. Ocurre lo mismo en el amor: ¿hasta cuándo?, ¿hasta dónde?, ¿qué sí y qué no? Sin embargo, un límite no se alcanza pensando, reflexionando. Tampoco podemos ser ingenuos y pensar que se alcanza con un buen consejo de alguien, o algunos. 

¿Qué debe ocurrir para que pueda decir “basta”, para que pueda salir de esa patética “escena” en la que estoy atrapado una y otra vez? 

A veces, para salir de esa escena, se monta otra escena, literalmente, donde todo se vaya al traste, o las cosas se pongan, al menos, un poco patas arriba. Otras veces –me refiero al psicoanálisis–, se sale de la escena abriendo lo que Freud llamaba la “otra escena”, el inconsciente, apostando por los efectos liberadores de saber, paradójicamente, eso que me determina, que me empuja.

¿Cómo salir del desencuentro en el amor?, si es claro que tú no me escuchas, le dice ella a él, si tú no me entiendes, le dice él a ella. Cada vez que estamos juntos, no llegamos a nada. ¿Y?, responde el otro, así es el amor. ¡No!, les digo yo, así es el goce, el tuyo, ¿quieres saber?

En el film Cold War (2018) de Pawel Pawlikowski, los amantes, los enamorados, encuentran en la muerte un límite al desencuentro. El suicido es el único modo que hallan para salir de su malestar. Sí, porque debes saber que mi malestar no sólo existe cuando estoy sin ti, sino cuando estoy contigo. 

Yo pienso que el límite hay que escribirlo, e inscribirlo. Escribirlo, a veces como yo, con lápiz y papel. Escribirlo con palabras libres. Con ingenio, con amor, con alegría. E incribirlo, en alguien, en alguna, que pueda acusar recibo, que pueda reír. 

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