Mortificación lógica
Por Renato Andrade Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la Nueva Escuela Lacaniana de Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa. Fotografía por Markus Krisetya Y bien, usted está mortificado. Ya no soporta más esa relación, ese trabajo, ese compromiso asumido. Y entonces renuncia, se va, ¡adiós! No le niego que quizá vaya a sentirse aliviado. Ese efecto lo hará pensar que tomó la mejor decisión. Pero ¿qué pensaría si le dijera que su mortificación no responde a una persona o a una actividad en particular? No responde a esa mujer, a su jefe, a su trabajo, a eso que se comprometió a hacer o, en el caso de un psicoanalista lacaniano, no responde a la Escuela. ¿Qué pensaría si le dijera que su mortificación, su agotamiento, su rechazo, responde a una lógica, una lógica en la que usted está inmerso de pies a cabeza y de la que no tiene la menor idea? ¿Se ha puesto a pensar qué lo hizo embarcarse en esas aventuras de las que acabó quejándose? Qui