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Mostrando entradas de marzo, 2022

El estafador de Tinder

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Por Renato Andrade Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la Nueva Escuela Lacaniana sede Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa Su historia ha fascinado a las audiencias y no estaría de más preguntarse por qué. Es claramente el villano, el malo, el enemigo a vencer en la historia. Freud escribe que los criminales (así como los niños, los felinos, los humoristas) nos atraen porque les envidiamos “conservar (…) una posición libidinal inexpugnable que nosotros resignamos hace ya tiempo” (1). Vale decir que, nosotros, a diferencia de ellos, hemos pasado por la castración: hemos resignado goce, lo hemos perdido. En cambio, Shimon Hayut (“Simon Leviev” para las chicas de Tinder) no sabe de trabajar duro, ahorrar, invertir ni guardar pan para mayo ; vive con ropa de diseñador, autos de lujo, aviones privados, restaurantes exquisitos, hoteles cinco estrellas.  “Simon Leviev” era rey del Instagram. Sabe de las fotos que hay que mostrar para que ch

Transformaciones

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Por Renato Andrade Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la Nueva Escuela Lacaniana sede Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa Fotografía de Aarn Giri Avanzar, crecer, madurar. Eso me dicen algunos que es la vida. Yo les diría que es el sentido que le han dado a eso que, precisamente, no lo tiene: la vida misma. Les podría decir hoy, por ejemplo, que la vida es escribir: la vida se escribe. Sin embargo, lo que cada uno pueda formular como el sentido de la vida es una de esas “cien mentiras que valen la pena” –como canta el poeta Joaquín Sabina. Avanzar, crecer, madurar. ¿Cómo estar seguros de haberlo hecho? Toda idea de progreso, ¿no es acaso una ilusión? Creemos que nos podemos mirar, conocernos nosotros mismos. Es la acrobacia de la transparencia. Quizá no pasamos de mirarnos el ombligo. Lo que sí resulta innegable es que hay transformaciones, que sólo después de acontecidas nos percatamos. No alcanzamos a explicarlas, así como no las

Hombres rotos

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Por Renato Andrade Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la Nueva Escuela Lacaniana sede Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa Dreams We've Had No sólo ellas pueden romperse. Romperse por princesas, como Sansa Stark, cuando salen de la casa del amor del padre. O romperse esperando Otro goce del amor de un hombre que sólo las estraga. Ellos también se rompen. Andan por ahí, rotos, sin querer saber nada de ello.  En la canción de Dreams We’ve Had, Perfectly out of place –algo así como “perfectamente fuera de lugar”–, un hombre no sólo le canta eso a su mujer, sino también: “Podría morir, podría morir y nunca volver a llorar Y lo diré directamente No intentaré ser poético o tonto Me corté en el piso del baño con tijeras y sangré No pude reconciliar el dolor que tenía, así que me obligué a respirar de una manera nueva” El hombre testimonia un dolor de existir, un dolor que no puede conjurar, así que, literalmente, se corta con las tijer

Licorice pizza

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Por Renato Andrade Psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, de la Nueva Escuela Lacaniana sede Lima y la Asociación de Psicoanálisis Lacaniano de Arequipa Sobre la película Licorice Pizza  de Paul Thomas Anderson Quizá cuando hablen de su primer amor se pongan serios, solemnes, nostálgicos. Quizá se sonrojen. El primer amor… suena importante, un hito. Pero, como todo amor, no está tejido en el cielo ni en las estrellas. No nos pongamos dramáticos… tampoco es que se forje en el fuego del infierno, en el fuego de Mordor. El primer amor, como todo encuentro, se debe a la casualidad. Por ejemplo: la conocí el día en que en el colegio tomaban la foto para el anuario, ella llegó a trabajar por ello…   Y se debe al fracaso. Sí, al fracaso. Paul Thomas Anderson nos lo muestra muy bien en su film Licorice Pizza . Es como si Alana le dijera a Gary: Te amo porque siempre has estado ahí. Porque todos los hombres que he conocido son unos grandísimos idiotas, incluyendo a mi